El ‘banco malo’ es una sociedad de gestión de activos problemáticos, y en lo que respecta a sus gestiones podemos decir que no se ocupará de los pequeños débitos del ladrillo, esto significa que no gestionará los inmuebles de menor valor.
Las entidades de crédito receptoras de ayudas públicas solo le van a traspasar los inmuebles que se adjudicaron por impagos de los promotores cuando los importes sean superiores a los 100.000 euros, o los créditos que concedieron a estos clientes alcancen un valor superior a los 250.000 euros.
El traspaso se hará al «valor económico real» de los inmuebles o de los préstamos. En la fijación de criterios colaborarán el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea. En las condiciones del mercado actual, las valoraciones provocarán pérdidas en las entidades. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) destinará a este fin, entre otros, los recursos de la asistencia financiera europea.
El plazo de quince años de funcionamiento del fondo posibilitará dos objetivos en apariencia contradictorios: por una parte, la salida escalonada al mercado de viviendas a precios más reducidos de los actuales y, por otra, la salvaguardia de la rentabildad de la propia sociedad de gestión, que no se verá obligada a vender en pérdidas. Las condiciones de la financiación permitirán aguantar los activos en el balance el tiempo que sea necesario.
Algunos piensan que dar una mayoría de control del ‘banco malo’ a los privados supone asumir el riesgo de dar entrada a fondos especializados en hundir los precios. Al ‘banco malo’ irán, en primer término, los inmuebles adjudicados y los créditos a promotores de las entidades nacionalizadas.
El Banco Popular ya ha anunciado que aspira a satisfacer las carencias con recursos captados del mercado, y que constituirá su propio ‘banco malo’ para gestionar inmuebles por importe de 13.000 millones de euros.
El ministro descartó que en el proceso de reestructración bancaria vaya a desaparecer alguna entidad. La parte valida de los bancos con problemas se va a separar para evitar la contaminación, y el producto de su venta servirá para pagar el préstamo.
Recordemos que las entidades que tendrán que traspasar sus activos tóxicos a la sociedad, podemos decir que el 1 de diciembre lo harán las entidades ya nacionalizadas: Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia Banco y Banco de Valencia. Banco Popular, BMN y la fusión de Ibercaja, Liberbank y Caja 3 presentan ahora, y según el test de Oliver Wyman, un déficit de capital. Si no puedan cubrirlo por sus medios tendrán que recurrir a ayudas públicas y serían las siguientes en trasladar su activos al «banco malo».
Las entidades que reciban ayudas tendrán que traspasar al «banco malo» los inmuebles que se adjudicaron por el impago de deudas y cuyo valor supere los 100.000 euros y los créditos a promotores que tengan en su cartera, tanto los que estén en situación de morosidad como los que estén al corriente de pago, seimpre y cuando superen los 250.000 euros. Economía estudia incluir incluso otro tipo de activos, como créditos a empresas no inmobiliarias.